BUÑUELOS PARA NAVIDAD, SAN JOSÉ, CUARESMA... PARA CUANDO SEA, SIEMPRE ESTÁN BUENOS
¿Puedes creerte que hacía mil años que no repetía este recetón? No sé cómo se me ha podido pasar esta receta pero, hace unos días, que estaba dándole un repaso a mis antiguas recetas (hace poco revisé esta de Cupcakes de mantequilla de cacahuete que te van a sorprender), la he visto y me he dicho: ¡Voy a hacerla! El caso es que quería darle una sorpresa de bienvenida a mi marido que volvía de un viaje largo y sabía que le iban a gustar. Lo que no me esperaba es que a mi hijo mayor le gustaran tanto, ¡jaja! Acabó con la mitad de la bandeja que preparé y es que, estos buñuelos de calabaza sin huevo, son todo un espectáculo de sabor. Dime que vas a probarlos, ¿a que sí?
Además, a estos buñuelos les tengo mucho cariño. Los hacia la tía abuela de mi pareja (esta pareja es el mismo marido de arriba pero cuando publiqué esta receta por primera vez el 19/2/14, su status era ese, ¡jeje!) y estaban buenísimos.
Me quedé con la receta pero no con las cantidades. Ya sabes, es una de esas recetas que se hacen a ojo, como antiguamente. Tengo esta receta de Rosquillas de huevo de mi madre, que también son con la frase típica de "harina, la que admita". Sin embargo, tengo que ser sincera. Yo eso del ojo lo tengo fatal. Prefiero las recetas como ahora, que van superpesadas, medidas y muchas veces no te puedes pasar ni un gramo si no quieres que te salga un churro.
No sé si es bueno o malo, yo creo que de esta manera se le facilita a la gente el que la receta quede igual que la original porque, si usamos medidas que no son fijas como un vaso de tal, harina la que admita, pues, mis vasos pueden ser distintos a los tuyos. ¿Tú qué opinas? (Si necesitas un conversor para tus recetas, en este post te explico cómo hacerlo). Por eso, he estado buscando por la web a ver si encontraba alguna que fuera como la que hacía la tía Fina. Y he dado con ella. Esta receta del blog En tu cocina y en la mía, queda genial. ¡Bien!
Pero, antes de ponerte la receta, ya sabes que me gusta algunas veces hacer un poco de historia de las recetas, de dónde vienen, qué significado tienen,... y por eso, te cuento.
Los buñuelos de calabaza o bunyols de carabassa son típicos de Valencia. Según parece, son de origen árabe y fueron introducidos durante los Califatos y posteriormente en la taifa valenciana. Durante las Fallas es típico comer buñuelos de calabaza acompañados de un buen chocolate a la taza. No hay quién se les resista. O si lo prefieres, simplemente con un poco de azúcar por encima están buenísimos. Así los tomamos en casa desde siempre.
Para darle mayor sabor y color a los buñuelos, es mejor asar la calabaza y no cocerla. Para todas mis preparaciones con calabaza, por ejemplo en esta coca de calabaza, también muy valenciana, suelo asarla porque el sabor que tiene es mucho más intenso y rico. Recuerda que cuando la calabaza está asada pesa alrededor de la mitad de lo que pesaba cuando estaba cruda. Por eso, si necesitas 500 gr. de calabaza asada, necesitarás asar un kilo de calabaza. Si la vas a cocer, en cambio, no vas a necesitar tanta cantidad. Pero asarla, merece la pena, te lo aseguro.
En mi receta, a la masa le he añadido un poco de azúcar porque nosotros somos un poco golosos. Sin embargo, si lo prefieres, puedes omitirla. Con el azúcar tampoco te creas que queda tan dulce. Yo creo, más bien, que está hecho con la intención de acelerar un poco el levado de la masa. Sea como fuere, el buñuelo en sí no queda dulce. El dulzor se lo da el azúcar o el chocolate donde lo mojes, ¡jeje!
BUÑUELOS DE CALABAZA
Ingredientes
450 gr. de agua templada
450 gr. de harina de todo uso
25 gr. de levadura fresca de panadería
1 cucharadita de azúcar
250 gr. de puré de calabaza asada*
1/2 cucharadita de sal
Aceite para freír
*Para ello necesitaras al menos 500 gr. de calabaza cruda.
Preparación
- Lo primero es asar la calabaza. Para 250 gr. de puré de calabaza tendrás que comprar una calabaza de unos 500-700 gr. Una vez asada, pelada y quitadas las pipas se queda en nada. La mía pesaba unos 1.400 gr. y se quedó en 600 gr. más o menos, así que fíjate lo que embebe. (Con el resto del puré puedes hacer una cheesecake de calabaza y cava como este. ¡Espectacular!). Para asar la calabaza, simplemente la cortamos en rodajas, le quitamos las pipas y la ponemos en una bandeja al horno precalentado a 180ºC durante 40-45 minutos. No hay que quitarle la cáscara. Esa se la quitaremos después que será más fácil.
- Calentamos el agua hasta que esté templada, es decir, que al tocarla no sintamos ni frío ni calor.
- Sacamos medio vaso de agua y disolvemos en él la levadura, removiéndola con una cuchara.
- En un bol grande, ponemos la harina, la sal y el azúcar y mezclamos bien. Podemos hacerlo con unas varillas o con un batidor eléctrico de doble varilla (como el que yo usé).
- Añadimos el puré de calabaza y lo mezclamos bien.
- Incorporamos primero el agua con la levadura y lo mezclamos bien y seguimos agregando el resto del agua hasta conseguir la textura deseada. Tiene que ser blanda pero que, al cogerla con la mano y apretarla, nos salga una bola ligeramente manejable como para poder cogerla con la mano aunque sea una masa muy blanda.
- Tapamos con un paño y dejamos reposar entre 30-45 minutos, dependiendo de la temperatura de nuestra cocina. A mí me gusta dejarla dentro del horno apagado y cerrado.
- Pasado el tiempo, ponemos en una sartén honda, aceite, yo usé AOVE. Cuando el aceite esté caliente, vamos echando trocitos de masa, la que nos salga por el agujero del pulgar y el índice. Estos buñuelos suelen llevar un agujero en el centro, que se hace con el pulgar al coger la masa, pero a mí me salió bien solo en uno, por eso los míos van sin agujero. Hay que tener mucha práctica para hacerlos con agujero.
- Doramos por los dos lados y sacamos a una fuente con papel de cocina para quitarle el aceite que sobre.
- Los podemos acompañar con chocolate o con azúcar espolvoreada por encima.
- En casa, ponemos un platito de azúcar al lado y vamos mojando. A los peques les encanta, sobre todo eso de mojar en el azuquítar.
- ¡A disfrutar!
Pero bueno, bueno. ¿Qué me dices de estos con agujero? ¡¡Me salieron!! No es por nada pero, después de tantos años haciendo recetas, me noto un poco más experta y capaz de hacer cosas que antes no me atrevería. Ya conoces más las masas, cómo tienen que quedar, que levar, qué textura quieres que tengas, si van a salir bien o no,... la experiencia es la madre de todas las ciencias, no dicen. Sé que aún tengo muchas cosas que aprender y me encanta. Saber algo nuevo cada día hace tu vida más interesante, ¿no crees? Por ejemplo, hoy he aprendido que, segúnda la RAE, el diminutivo de "azúcar" no es "azuquita" sino "azuquítar" como el de "Óscar" es "Osquítar".
En muchas recetas vi que la calabaza iba cocida. Yo, personalmente, como ya te he dicho muchas veces, la prefiero asada. El sabor es mas intenso. ¿Tú como la prefieres?
¡Ojo! Solo aviso de que no vas a poder resistir la tentación y te los vas a querer comer calientes. ¡Son irresistibles!
El secreto de estas recetas de las abuelas es que apenas necesitas ingredientes para hacerlas. No lleva leche, no lleva huevo,... son simples, sencillas, y por encima de todo, están deliciosas. Si te gustan este tipo de recetas, no te pierdas estas hojuelas con miel, receta de adaptada de la de mi madre. También encuentras la de ella que da para más.
Recuerda que si haces mis recetas, puedes etiquetarme en mis redes sociales de Facebook e Instagram como @pattyscakebakery. Me encantará verlas.
¡Hasta pronto!
Aquí tienes algunas fotos de la publicación antigua.
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