No sé en vuestras casas pero en la mía, los entrantes y aperitivos ocupan la mayor parte de la mesa, ¡ja, ja, ja!, y cuando vamos a empezar con el primer plato, ya no tenemos ni hambre. Yo suelo moderarme porque me encanta el pavo que hace mi madre (algún día te pondré la receta), me salto el primer plato que suele ser caldo o gulas y paso directamente al segundo. Pero es que ver todas esas pequeñas porciones de cosas que te gustan hace que sea inevitable que quieras comerlas todas. Hoy te traigo un entrante para estas fiestas, que bien podrías poner de primero con un poco de ensalada, que también puedes hacer en tamaño "de un bocado" y que es delicioso: unos volovanes de revuelto de gulas hechas en aceite de gambón que te van a encantar. ¿Te vienes conmigo?

Los volovanes son unos de los entrantes más socorridos para las fiestas y celebraciones. Quedan bien con cualquier relleno y son tan bonitos y elegantes que adornarán tu mesa navideña de por sí.

Su nombre le viene por sus aspecto ligero. Aunque la historia del volován está íntimamente ligada al cocinero francés Marie-Antoine Carême (1783-1833) quién le dio fama y lo puso de moda durante el siglo XIX, la receta ya existía como tal. Hay registros de un "gâteau Vol-au-vent" en el Diccionario de los alimentos, vinos y licores (Dictionnaire des alimens, vins e liqueurs) en 1750. Y en el siglo XVIII, ya se conocían los "bouchée à la reine", una especie de volován de hojaldre relleno que se creó para la reina María Leszczynska, esposa de Luis XV de Francia. Una versión salada de los "pozos de amor" que le hacían para su rival Madame de Pompadour y así recuperar los favores de su esposo. 

Hacer volovanes en casa es bastante sencillo una vez tienes la plancha de hojaldre que es lo más difícil de elaborar. Hoy en día, hay muy buenos hojaldres en el super así que, ni te lo pienses. Coge una plancha de hojaldre comprada, haces unos discos que serán la base, y luego cortas unos aros. Para formar el volován, pones una base y cuatro aros unidos encima de ella, como si hicieras un pozo. Los metes al horno a 180ºC, durante unos minutos hasta que estén dorados y hayan subido y listo. Si quieres puedes pincelar por encima con huevo batido. ¿A qué es sencillo? Pero más sencillo es aún comprarlos hechos, ¡ja, ja, ja!

Ahora en estas fechas encuentras los volcanes hechos, de todos los tamaños en cualquier supermercado. Los míos son comprados y han quedado deliciosos. Y es que la gracia del volován la tiene su relleno. Ahí es donde está el quid de la cuestión. 

Nuestros amigos de Aerosoles Al Gusto querían que probáramos sus aerosoles de aceite de oliva extra virgen o aceite de girasol, de distintos sabores en alguna de nuestras recetas. Escogimos dos de sus sabores porque me parecieron muy originales y el de gambón, no me ha defraudado. Cuando haga la receta con el de pollo asado, te cuento.

Me pareció muy novedoso cocinar con aceite de oliva virgen extra en aerosol porque el ahorro en aceite es notable. Para hacer mi receta, con 6 pulsaciones tuve suficiente y si lo ves en la sartén, te das cuenta de que eso no es nada. Cuando echas un chorrito de aceite, aunque intentes echar poco, echas mucho más. Así, no solo ahorras en aceite sino también en calorías. Al usar tan poco aceite es perfecto para aquellas personas que necesitan una dieta baja en grasas. 

Si además quieres ensalzar el sabor de los alimentos en tus preparaciones, en Aerosoles al gusto tienen hasta 20 sabores diferentes, todos ellos a base aromas naturales y con ingredientes de la mejor calidad. Algunos que pueden sorprenderte son el de cannabis, el de mantequilla, el de chocolate,... Hay para todas las necesidades desde el más básico que es el de aceite de oliva al natural al más sofisticado como el de trufa negra. Y, para dulce y salado. La ventaja del aerosol es que el contenido se esparce de forma controlada, son muy cómodos de usar y le das el toque perfecto a tus platos con solo un click.

Y después de esto, creo que va siendo hora de ver cómo se hace esta deliciosa receta. ¡Vamos a ello!